Decálogo de características de las políticas públicas de soledad no deseada

El Decálogo de características de las políticas públicas de soledad no deseada, presentado en junio de 2025, tiene como objetivo guiar a las Administraciones Públicas en el desarrollo de políticas eficaces, innovadoras y colaborativas para combatir la soledad no deseada. A este fin, presenta una herramienta fundamental para abordar la soledad no deseada desde una perspectiva integral y multidimensional.  

En junio de 2024, los datos del Barómetro de la soledad no deseada en España 2024, indicaban que la soledad afecta a una de cada cinco personas en España. El 13,5% de la población está además en una situación de soledad crónica (desde hace dos o más años). Asimismo, según este estudio existe un consenso en la población acerca de la necesidad de reforzar las acciones para reducir la soledad no deseada. La gran mayoría de la sociedad considera que el trabajo frente a la soledad debe ser una cuestión prioritaria para las Administraciones públicas, así como, una responsabilidad compartida por el conjunto de la sociedad. 

El desafío para las Administraciones públicas es dar respuesta a este fenómeno desde las políticas públicas, desarrollando una serie de políticas y programas, movilizando recursos y sensibilizando e implicando a los diferentes actores. 

Por ello, en el marco del Grupo de Trabajo de Políticas Públicas del Observatorio se ha trabajado conjuntamente para crear este decálogo. En él se identifican las características fundamentales que deben guiar las políticas públicas de soledad, asegurando una acción eficaz, innovadora y colaborativa para enfrentar este problema. Puede servir como una breve guía para desarrollar estrategias que prevengan la soledad, innoven y fomenten una cultura de conexión social a largo plazo. 

En la tarea de hacer frente a la soledad, es importante aprovechar los recursos existentes, tanto públicos como privados, y rediseñar los programas y servicios para que contribuyan mejor a reducir el aislamiento social. Además, subraya la necesidad de desarrollar acciones tanto a nivel individual como comunitario, fomentando la creación de redes de apoyo y la revitalización de espacios públicos. La innovación y la experimentación son también pilares fundamentales del decálogo, que anima a las Administraciones públicas a probar enfoques nuevos y a evaluar continuamente los resultados para mejorar las intervenciones, así como a la colaboración multiactor, ya que el trabajo frente a la soledad no puede recaer únicamente en las Administraciones públicas, sino involucrar a entidades sociales, empresas, sociedad civil y ciudadanía.  

Este decálogo se acompaña de un anexo en el que se pueden consultar algunas buenas prácticas que incorporan los elemento . 

10 recomendaciones para diseñar políticas públicas de soledad no deseada 

1. Incluir la perspectiva de la soledad en acciones y programas 

Aprovechando las infraestructuras y servicios sociales, culturales, deportivos, educativos y de salud, ajustando programas y recursos para reducir el aislamiento y promover la conexión social e identificando servicios que contribuyen a reducir la soledad.  

2. Adoptar un enfoque transversal 

Mejorando el impacto de las políticas mediante la colaboración entre áreas de gobierno, y planificando espacios públicos accesibles que promuevan la interacción social. 

3. Desarrollar acciones a nivel individual y comunitario 

Con apoyo psicosocial, acompañamiento y formación en habilidades sociales, creando redes vecinales y revitalizando espacios públicos para fomentar la conexión social.  

4. Fomentar el enfoque comunitario 

Diseñando iniciativas inclusivas que eliminen barreras y fomenten la participación comunitaria, y facilitando la creación de nuevas relaciones y promoviendo el intercambio intergeneracional.  

5. Experimentar e innovar 

Probando soluciones innovadoras, y monitoreando y evaluando los resultados para ajustarlas, mejorarlas y escalarlas.  

6. Trabajar de manera colaborativa con todos los actores 

Involucrando a entidades sociales, empresas, sociedad civil y ciudadanía en el trabajo frente a la soledad, y facilitando la creación de redes de apoyo y voluntariado. 

7. Capacitar y sensibilizar a toda la sociedad 

Desde profesionales hasta la sociedad en general, para desestigmatizar la soledad y promover una cultural de conexión social y apoyo mutuo.  

8. Priorizar acciones preventivas 

Actuando antes de que la soledad se cronifique, utilizando recursos de manera eficiente, informando sobre los riesgos de la soledad y promoviendo la prevención a lo largo de la vida.  

9. Mejorar el conocimiento, seguimiento y evaluación 

Utilizando datos y estudios para diseñar intervenciones efectivas, monitoreando y evaluando programas para conocer su impacto y efectividad. 

10. Adaptar las políticas a distintos contextos y grupos 

Considerando sus necesidades específicas, adaptando las políticas a las características de áreas rurales y urbanas, abordando las necesidades de los colectivos vulnerables.