Fomentando las conexiones sociales a lo largo de la Vida
El estudio Supporting social connections across the life course (Fomentando las conexiones sociales a lo largo de la vida, en castellano)Este enlace abre en una pestaña nueva publicado en The Lancet Healthy LongevityEste enlace abre en una pestaña nueva en abril de 2024 destaca la importancia de fomentar las conexiones sociales en todas las etapas de la vida para mejorar la salud y el bienestar, especialmente en poblaciones vulnerables.
La importancia de las conexiones sociales
La soledad y el aislamiento social se han convertido en un problema creciente de salud pública en todo el mundo. Estos fenómenos afectan a personas de todas las edades, aunque con mayor incidencia en ciertos grupos vulnerables. La evidencia creciente sugiere que la soledad crónica tiene implicaciones graves para la salud física y mental, vinculándose con trastornos como la depresión, la ansiedad y enfermedades cardiovasculares. Por ello, es necesario comprender la naturaleza de la soledad y el aislamiento social y diseñar intervenciones efectivas que fomenten las conexiones sociales a lo largo de la vida.
El papel de las conexiones sociales en la salud y el bienestar
El estudio señala que las conexiones sociales son fundamentales para la salud física y mental. La soledad, definida como la sensación de estar solo sin importar el número de interacciones, y el aislamiento social, que se refiere a la falta objetiva de relaciones sociales, se han vinculado a una serie de problemas de salud como la ansiedad, la depresión y enfermedades cardiovasculares. Además, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que el 25% de los adultos mayores experimentan soledad, en comparación con entre el 5% y el 15% de los adolescentes.
La investigación ha demostrado que la falta de conexiones sociales está asociada a una peor salud mental, incrementando el riesgo de trastornos como la depresión y la ansiedad. En el ámbito físico, el aislamiento social se ha relacionado con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares y una menor esperanza de vida.
Enfoque de Ciclo de Vida
Uno de los puntos clave del estudio es la necesidad de adoptar un enfoque basado en el ciclo de vida para fomentar las conexiones sociales. Aunque los adultos mayores suelen ser el grupo más afectado por la soledad, el estudio enfatiza que la soledad no es exclusiva de este grupo etario. De hecho, las personas que experimentan soledad en su juventud tienen más probabilidades de sufrirla también en la vejez. Esto sugiere que intervenciones dirigidas a fomentar las conexiones sociales desde una edad temprana podrían tener efectos duraderos y beneficiar el envejecimiento saludable.
Las personas experimentan la soledad de manera distinta según su edad. En los adolescentes, los cambios emocionales y sociales pueden aumentar la vulnerabilidad a la soledad. En los adultos jóvenes, la presión por establecer relaciones o cumplir expectativas sociales puede ser un factor clave. En los adultos mayores, factores como el retiro, el duelo o la movilidad reducida exacerban el aislamiento social y la soledad.
Grupos vulnerables y desigualdades en las conexiones sociales
Los grupos socialmente vulnerables y que más tienden a sufrir situaciones marginales, como personas migrantes, pertenecientes a minorías étnicas o a la comunidad LGBTQ+, son particularmente vulnerables al aislamiento social. En muchos casos, enfrentan barreras estructurales y discriminación, lo que limita sus oportunidades de establecer conexiones significativas. Las desigualdades sociales exacerban estos desafíos, haciendo que estos grupos experimenten una mayor carga de soledad y aislamiento.
Un ejemplo de esta realidad es el informe del Centro de Políticas Públicas de Gales, que destaca cómo los migrantes y las minorías étnicas enfrentan un mayor riesgo de soledad, y cómo las intervenciones específicas pueden ayudar a abordar estas desigualdades.
Intervenciones para Reducir la Soledad
El estudio analiza varias intervenciones exitosas para reducir la soledad. Entre ellas se destacan programas que mejoran las habilidades sociales y el apoyo estructurado, como las clases de actividades comunitarias. Las intervenciones comunitarias son esenciales para reducir la soledad. Programas que fomentan la participación en actividades sociales, como clases en centros comunitarios o apoyo terapéutico estructurado, han demostrado ser efectivos para mejorar las conexiones sociales. El ensayo BASIL+ ofrece un ejemplo de intervención exitosa, que ayudó a mitigar el impacto psicológico de las restricciones por COVID-19 en personas mayores mediante la activación conductual.
También se ha observado que las intervenciones de habilidades sociales adaptadas a grupos socialmente vulnerables son fundamentales para abordar las desigualdades en cuanto a las conexiones sociales. A través de este enfoque personalizado, se pueden reducir las barreras que enfrentan estos grupos vulnerables para integrarse plenamente en la sociedad.
Iniciativas Globales
El estudio también menciona la reciente creación en noviembre de 2023 de la Comisión sobre Conexión Social de la OMS, que tiene como objetivo analizar el papel de las conexiones sociales en la mejora de la salud. Esta comisión, que operará hasta 2026, buscará ofrecer soluciones a gran escala para fortalecer las conexiones sociales a nivel mundial. Además, en países como Japón, se están promulgando leyes específicas para abordar la soledad, lo que demuestra la creciente importancia de este problema en la agenda de salud pública.
Japón ha liderado con políticas pioneras, promulgando en 2024 la Ley para la Promoción de Políticas contra la Soledad y el Aislamiento. Esta ley surgió como respuesta a una encuesta gubernamental que reveló que el 40 % de los japoneses mayores de 16 años experimentaban soledad.
Retos y oportunidades para el futuro
El estudio hace un esfuerzo reflexivo hacia el futuro, identificando la tendencia que puede seguir la soledad no deseada. A pesar de los avances, existen desafíos importantes para escalar las intervenciones efectivas a nivel global. El reto principal reside en la diversidad cultural y las dificultades para armonizar los datos sobre la soledad en distintos contextos. Además, es necesario seguir investigando para identificar intervenciones que funcionen en diferentes etapas de la vida y para diversos grupos poblacionales.
Como conclusión, señala que las oportunidades futuras se encuentran en la creación de políticas que se adapten a las realidades locales, así como en la colaboración internacional para compartir mejores prácticas y escalar las soluciones más efectivas.
Conclusión
El estudio subraya la necesidad urgente de abordar la soledad y el aislamiento social en todas las etapas de la vida. Las conexiones sociales no solo son fundamentales para la salud individual, sino también para la cohesión social y el bienestar general. A medida que más países comienzan a priorizar este tema en sus agendas de salud, es crucial que se continúen desarrollando e implementando intervenciones basadas en la evidencia para garantizar que las personas de todas las edades puedan mantenerse conectadas y saludables.
Archivos
PromotorThe Lancet Healthy Longevity
Tipo de promotor
- Academia
Ámbito geográficoInternacional
Lugar
Año de publicación
2024
Tipo de contenidoArtículo