Loneliness as an unresolved issue in social inclusion programs

El estudio Loneliness as an unresolved issue in social inclusion programs (“La soledad como un problema no resuelto en los programas de inclusión social” en castellano) se ha ocupado de identificar las buenas prácticas en el tratamiento de la soledad en los 62 centros de inclusión social de base comunitaria y programas para personas que sufren exclusión en el País Vasco, así como, intentar comprender los principales desafíos para proporcionar un apoyo desde la perspectiva de los profesionales. Este estudio realizado por investigadores de la Universidad del País VascoEste vínculo abre en pestaña nueva y Emaús Fundación SocialEste vínculo abre en pestaña nueva se ha publicado en el Journal of Social Inclusion (Revista de Inclusión Social)Este vínculo abre en pestaña nueva y ha sido posteriormente difundido a través de diversos repositorios de referencia en el ámbito de los servicios sociales y la sociología, como el SiiS (Servicio de Información e Investigación Social)Este vínculo abre en pestaña nueva.

A partir de varios grupos de discusión, los investigadores concluyen en este estudio que la mejor práctica para apaliar los efectos negativos de la soledad en estos colectivos es una intervención individualizada en la que se promueva la escucha activa, el acompañamiento y los vínculos de confianza. A esta le siguen el fomento de las relaciones sociales, donde se busca promover la generación de espacios de interacción y el empoderamiento y la participación comunitaria. No obstante, se consideró el empleo y formación profesional como un factor de importancia secundaria.  

Los desafíos que se encuentran los individuos ante esta problemática son de dos tipos: 

• Las dificultades individuales, como la falta de motivación, deterioro progresivo o malas habilidades sociales, son las más limitantes en la lucha ante la soledad. 
• Las dificultades externas, mencionadas en menor medida en el estudio, como la insuficiente profesionalización de los servicios de inclusión y de los recursos o problemáticas sociales como el estigma y el rechazo social.  

Las propuestas encaminadas a reducir la soledad a partir de estos resultados implican que el cambio debe implementarse en diferentes niveles. Se resalta el uso de un enfoque centrado en la persona como el más relevante para mitigar la soledad y facilitar la retención de otros problemas. A nivel relacional del grupo, es esencial promover relaciones significativas y de calidad. Dentro de la organización, se invita a considerar mayores recursos y profesionalización en los servicios sociales, a la vez que, una mayor involucración de nuestras actividades en la sociedad para apaliar el estigma social. Por último, en el nivel eco-sistemático se remarca la urgente necesidad de política sociales dirigidas a garantizar las condiciones materiales que permitan una vida digna a todas las personas.