Radars

El proyecto Radars está impulsado por el Ayuntamiento de Barcelona, y se enmarca en la Estrategia contra la soledad no deseada 2020-2030. Está recogido en el Plan de Acción 2020-2024 contra la soledad. El proyecto es una iniciativa comunitaria liderada por los servicios sociales básicos, que surgió en 2008.  

Radars tiene dos objetivos principales. Por un lado, detectar y prevenir situaciones de riesgo en las personas mayores, creando una red de barrio que permita que la ciudad sea un espacio más seguro y amigable para este colectivo. Por otro lado, paliar los efectos negativos de la soledad no deseada y brindar la oportunidad a las personas que sufren soledad no deseada, si así lo desean, de vincularse a su comunidad o entorno más cercano.

El proyecto se articula mediante la creación de una red de barrio que cuenta con varios espacios de participación. La base de esta red la forman los radares, vecinos y vecinas, comercios y farmacias del barrio que están atentos a la dinámica diaria de las personas mayores de su entorno y, si detectan algún cambio importante, se ponen en contacto con Radars. En esta detección se implican también los centros de salud del barrio.

Una vez informados, desde Servicios Sociales se valora si hay que intervenir o no. Para paliar el sentimiento de soledad de estas personas, los voluntarios y voluntarias de la Plataforma de seguimiento telefónico de Radars las llaman de forma periódica y establecen una relación de confianza. Esto es un primer paso para promover su vinculación al territorio, invitando a las personas a actividades en espacios significativos del barrio en las cuales tendrán un papel protagonista, junto a otras personas mayores, y en las cuales el voluntariado tendrá el papel de facilitador para promocionar los vínculos entre iguales. Esta tarea se complementa con la coordinación entre diferentes recursos y entidades (casales, centros cívicos, entidades de voluntariado, etc.) y con la creación de nuevas iniciativas comunitarias que contribuyan a la inclusión de las personas mayores a su entorno más cercano.

Algunos elementos metodológicos destacables del proyecto son:  

• Llamadas telefónicas con el objetivo de vincular la persona al territorio. En el marco de la llamada, se genera un espacio de conocimiento mutuo que, en la mayoría de casos, termina desembocando en la pregunta clave y en una respuesta no menos importante: ¿cuándo podremos conocernos? El voluntariado es del mismo barrio, cosa que es percibida de forma positiva.  
• Actividades de vinculación al territorio. El contacto se produce en el marco de una actividad que organice en programa1. Desde Servicios Sociales y la red de barrio, se garantiza el acompañamiento a las personas mayores que no dispongan de suficiente autonomía para asistir a las actividades de vinculación. Aquellas personas que no acaban participando en las actividades de vinculación (por diferentes motivos), también valoran de forma positiva las llamadas, viven esas llamadas como una posibilidad de participar y escogen cuál es su grado de participación en el proyecto.
• En 2019 se vio la necesidad de realizar estas actividades en espacios más informales. Estos encuentros reciben el nombre de petites estones (‘pequeños ratos’) y, en esos espacios de relación se fomenta la autonomía del grupo favoreciendo que las propias personas puedan decidir el lugar de encuentro, la periodicidad, los temas que se traten, etcétera. El grupo de encuentro acostumbra a ser un grupo estable al cual se van incorporando personas nuevas. Están formados por personas que viven muy cerca, con el fin de conseguir un efecto de proximidad doble: el del vínculo entre las personas voluntarias y las personas mayores que participan en ellos, y también el de un espacio próximo que es conocido por la persona mayor y que, al mismo tiempo, le aporta seguridad.

Respecto a los resultados, en la encuesta realizada en agosto de 2019, se concluyó que el 81% de las personas usuarias han mejorado su estado de ánimo. El 34% afirmó que, desde que recibe las llamadas, sale más de casa y, en consecuencia, conoce mejor el barrio. La participación en las actividades del proyecto Radares es del 49,6% y estas personas afirmaron que han conocido gente nueva, lo que favorece su socialización. El 90% de las personas encuestadas verbalizaron que recomendarían la participación en el proyecto. Asimismo, hay que señalar que la media de edad de las personas voluntarias es de 67,5 años, con lo cual también se consigue otro resultado: el fomento del envejecimiento activo.

Radars ha sido un proyecto pionero en la atención comunitaria a la soledad no deseada y en la detección del riesgo, motivo por el cual varias administraciones locales se han interesado en reproducir el proyecto también en sus municipios. Actualmente, el Ayuntamiento de Barcelona tiene firmado un convenio con varios ayuntamientos: estos reciben un soporte inicial del equipo técnico del proyecto con el fin de impulsarlo en sus municipios.

Principales ventajas o valor añadido

•     Programa de larga trayectoria
•     Amplia red creada  
•     Presencia en todos los barrios de Barcelona
•     Fuerte implicación de los Servicios Sociales

Claves de éxito  

•     Sistema de gestión eficiente y claro
•     Delimitación del rol de cada actor
•     Protocolos de actuación bien definidos
•     Buena colaboración entre servicios públicos y voluntarios y ciudadanos
•     Objetivo de vinculación entre iguales (mayores) y al territorio.  
•     Generar espacios de seguridad para los mayores.

Recomendaciones para otros proyectos similares:  

•     Implicar a los servicios sociales
•     Tener protocolos de actuación y roles bien definidos  
•     Generar espacios de confianza y seguridad
•     Dotas de autonomía y capacidad de decisión a los grupos de personas
•     Contar con grupos estables
•     Orientar la intervención a la construcción de comunidad y en fortalecimiento de los vínculos de la persona con esta
•     Orientar la intervención a generar vínculos estables fuera del programa