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Modificado: 01 Diciembre de 2022

Buenas prácticas contra la soledad desde la comunidad

Dentro de las acciones comunitarias contra la Soledad No Deseada, las Administraciones Públicas tienen un papel central. Una realidad acorde a las expectativas de la ciudadanía, de acuerdo con los datos del Observatorio. Según los resultados del Informe de percepción social de la soledad no deseada que presentó en junio el Observatorio, más de un 72,5% de la población española piensa que luchar contra la soledad no deseada debe ser una cuestión prioritaria para las Administraciones Públicas. La colaboración entre administración y sociedad civil contra la soledad es creciente, como demuestran las iniciativas que compartieron sus experiencias en el seminario del 28 de octubre.

La acción comunitaria frente a la soledad suele tener, por norma general, el foco puesto en la atención a personas mayores. Los comercios locales y resto de servicios comunitarios, como farmacias o tiendas de alimentación, son grandes radares o antenas a la hora de prevenir y detectar casos de soledad y aislamiento social.

Las iniciativas comunitarias son una oportunidad de sensibilización social a través de la acción. Los datos del Observatorio indican que un 82% de la población considera que la lucha contra la soledad es tarea de todos y dos de cada tres personas –el 60% de los hombres y 72,4% de las mujeres– en España desea realizar acciones contra la soledad no deseada. Cuando vemos estas cifras, resulta evidente que la sociedad conoce la existencia de la soledad no deseada y su afección. De hecho, los datos recogidos por el Observatorio indican que 7 de cada 10 personas dicen conocer a alguien de su entorno cercano que siente soledad no deseada.

Entornos rurales

Cómo se diseñan las ciudades tiene que ver con que haya espacios públicos de encuentro y de intercambio o que no los haya. Por ejemplo, en la ubicación de las paradas de autobús o una red de transporte público que contemple la plena comunicación entre los núcleos rurales y con los núcleos urbanos de población y que permitan la movilidad, atendiendo especialmente a las necesidades y realidades de las poblaciones rurales y dispersas de los territorios. Las personas mayores, las personas jóvenes y las personas con discapacidad son tres de los colectivos más afectados por la falta de acceso a la movilidad. Estos tres colectivos no suelen tener acceso o permiso para llevar vehículos privados, haciendo que su movilidad dependa completamente de terceros: ya sea mediante los vehículos de familiares y amigos o el uso del transporte público.

Las personas con discapacidad enfrentan a diario situaciones que les separan de sus comunidades, como la falta de accesibilidad de sus entornos, la inactividad forzosa, la estigmatización o la ausencia de apoyo a su autonomía personal. Por ello, es necesaria su plena inclusión en la sociedad, garantizando que todos los servicios y programas que se pongan en marcha por parte de la Administraciones Púbicas tengan en cuenta la inclusión de las personas con discapacidad. Preferiblemente desde la concepción y puesta en marcha del servicio. Pero si no es así, se deben hacer adaptaciones de los programas que permitan la inclusión de las personas con discapacidad, como ha hecho el Servicio VinclesBCN.

Recomendaciones para construir políticas públicas de ámbito social

Para crear políticas proporcionales que adecuen su impacto a las necesidades, se necesita disponer de datos, definir con precisión los conceptos que se manejan, las distintas formas de soledad no deseada y, sobre todo, impulsar actuaciones basadas en la evidencia científica.

En su intervención en el Seminario de Comunidad y SoledadEste enlace abre en ventana nueva, Javier de Frutos, Subdirector de Derechos Sociales, Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), señaló algunas cuestiones prioritarias para las políticas públicas del ámbito social:

  1. Fomento de la coordinación entre las Administraciones Públicas y en el seno de cada Administración.
  2. Importancia de contar desde el primer momento con la participación de las personas y los colectivos beneficiarios y, por tanto, protagonistas de las acciones.
  3. Respeto a la autonomía, a la atención centrada en la persona y en la comunidad y apuesta por la participación ciudadana.
  4. Valor del trabajo en red para fomentar el intercambio de experiencias y el aprendizaje.
  5. Necesidad de contar con el tejido asociativo.

En este terreno, las iniciativas de la Secretaría de Estado de Derechos Sociales en materia de cuidadosEste enlace abre en ventana nueva y el IMSERSOEste enlace abre en ventana nueva, a través de la Red de Ciudades AmigablesEste enlace abre en ventana nueva y mediante la elaboración de una Estrategia Nacional contra la Soledad, pueden tener la capacidad de ofrecer un espacio común para afinar el discurso y las actuaciones ante este fenómeno.

Aprendizajes, reflexiones finales y buenas prácticas

  • El apoyo de las instituciones contribuye a la sostenibilidad, escalabilidad y eficacia de las iniciativas sociales.
  • Cuando una buena práctica es escalable, la transferencia y réplica en otras zonas de su alrededor se potencia. Realizar acciones escalables, con evaluaciones y metodologías robustas es una manera de fomentar la lucha contra la soledad.
  • Cuando un proyecto tiene futuro, las personas que participan en él también pueden planificar a medio o largo plazo. La sostenibilidad de los programas genera una sensación de continuidad que anima a crear planes de futuro a las personas. 
  • Es fundamental lograr la vinculación de las personas a los recursos y servicios comunitarios. Los programas y acciones deben favorecer que la persona se vincule a su entorno comunitario, como hace el Servicio VinclesBCN.
  • La participación de la comunidad es fundamental, para prevenir, detectar e intervenir. Según datos del Observatorio, a 2 de cada 3 personas les gustaría realizar acciones para combatir la soledad de su entorno. Es importante movilizar los entonos comunitarios.
  • En las acciones comunitarias, se cuenta con la oportunidad de poner en marcha iniciativas intergeneracionales.
  • La creación de redes vecinales basadas en relaciones significativas con personas de proximidad facilita que surjan oportunidades de acompañamiento como ir a dar un paseo, tomar un café o acompañar de camino a hacer un recado.

Esta publicación nace del Seminario de Comunidad y Soledad celebrado por el Observatorio Estatal de la Soledad No deseada – SoledadES el día 28 de octubre de 2022, con la colaboración del Principado de AsturiasEste enlace abre en ventana nueva, que presentó su programa Rompiendo Distancias, de la Diputación Foral de ÁlavaEste enlace abre en ventana nueva que presentó su Estrategia Araba a punto y del Ayuntamiento de BarcelonaEste enlace abre en ventana nueva, que presentó el Servicio VinclesBCN.

PromotorSoledadEs – Observatorio Estatal de la Soledad No Deseada

Tipo de promotor

  • Entidad social

Ámbito geográficoEstatal

LugarEspaña

Año

  • 2022

Tipo de contenidoDocumentos y multimedia

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