Estudio cualitativo sobre la soledad no deseada en la población adolescente y joven del municipio de Madrid

Portada del estudio cualitativo de jóvenes de Madrid Salud

Como señala el estudio Juventud y soledad no deseada en España del Observatorio SoledadES, el 25,5% de los jóvenes españoles de entre 16 y 29 años se sienten solos actualmente, siendo el grupo etario con mayor prevalencia de soledad.

La Subdirección General de Prevención y Promoción de la Salud dependiente del organismo de Madrid SaludEste vínculo abre en pestaña nueva del Ayuntamiento de Madrid ha presentado su Estudio cualitativo sobre la soledad no deseada en la población adolescente y joven del municipio de MadridEste vínculo abre en pestaña nueva donde se hace un acercamiento a los malestares sentidos y expresados por los jóvenes y adolescentes.

A lo largo del estudio encontramos la presencia de una serie de cambios más o menos estructurales que parecen haber derivado en un incremento de los malestares, específicamente, de las situaciones y sentimientos de soledad no deseada:

El alejamiento de las trayectorias juveniles a partir de su clase social
La tendencia de “virtualizar” parte de la vida social
La inestabilidad como sentimiento generacional
La tendencia a la privatización-mercantilización de ciertos contextos relacionales
El refuerzo de las actitudes más “virilistas”
El incremento notable de los malestares psicológicos

La soledad no deseada en adolescentes y jóvenes no solo se debe a un desajuste entre las expectativas y la realidad en aquellos ámbitos de las trayectorias juveniles como la familia, los pares, la pareja o el proyecto de vida; además, existe una relación directa con la debilidad de los vínculos y la creciente tendencia a evitar el conflicto.

La expresión de la soledad no deseada estaría también muy determinada por el propio momento vital más o menos estandarizado por los que transitan las trayectorias adolescentes y juveniles. En este informe se estructuran en cuatro grandes ámbitos:

La familia como el espacio más referente en los (pre) adolescentes (15-16 años). El mundo del que vengo.
Los pares como el espacio más referente en los posadolescentes (17-18 años). El mundo que me rodea, al que pertenezco.
Los colegas y la pareja como el espacio más referente en los jóvenes (18-24 años). El mundo en su diversidad, el mundo más allá de mi mundo de origen.
El proyecto como el espacio más referente en los jóvenes-adultos (25-29 años). Mi lugar en el mundo, el mundo que aspiro a construir.

Los malestares y la soledad no deseada se expresan también de una manera más inespecífica y general o más concreta y matizada en la medida en que las personas adolescentes van creciendo y transitando hacia el mundo simbólicamente más adulto, tal y como se representa de forma esquematizada en el siguiente diagrama:

Descripción del gráfico: Por un lado, el eje horizontal representa a la izquierda los malestares heterogéneos y más inespecíficos; y, a la derecha, malestares diferenciados y más matizados. Por otro lado, el eje vertical representa hacia abajo una tendencia a discursos de la interdependencia; y, hacia arriba una tendencia a discursos de la autosuficiencia. A medida que la persona entra en la preadultez tiende a discursos de la autosuficiencia y malestares diferenciados y matizados.

Además de la edad, tal y como se represente en el diagrama, la tendencia a los discursos más centrados en lo autosuficiente o en lo interdependiente han mostrado una notable capacidad de diferenciar el abordaje de la soledad no deseada:

Desde los discursos de la auto-suficiencia (algo más presentes en los chicos, en las edades más adultas y en las clases sociales más desfavorecidas) se produce una cierta reivindicación de la capacidad para gestionar de manera autónoma los malestares y hacerles frente sin necesidad de apoyo exterior, lo que llevado a un espacio más extremo puede conllevar un exceso de aislamiento.
Desde los discursos de la interdependencia (algo más presentes en las chicas, en las edades más adolescentes y en las clases sociales más acomodadas) se produce una cierta reivindicación de mi identidad en función de mi vínculo con los otros, que convierte la gestión de los problemas (entre otras cosas) en una gestión compartida lo que llevado al extremo puede conllevar un exceso de dependencia

También, el estudio agrupa los principales contextos o ámbitos de la vivencia de la soledad no deseada en adolescentes y jóvenes en cuatro grandes momentos: soledad no deseada como fallo en la pertenencia, la comunidad, la identidad o el proyecto.

$Descripción del gráfico: Primero, cuando la persona se sitúa entre el discurso adolescente y de autosuficiencia nos encontramos la soledad como agresividad contra el mundo, evasión de la realidad, autoafirmación y estilo rebelde. Segundo, cuando la persona se sitúa entre el discurso adolescente y de interdependencia nos encontramos la soledad como postureo, aceptación del acoso, momentos de tristeza o huida al mundo digital. Tercero, cuando la persona se sitúa entre el discurso adulto y de autosuficiencia nos encontramos la soledad como burn out, problemas de compromiso, sentimiento de fracaso y olvido de la sociabilidad. Finalmente, cuando la persona se sitúa entre el discurso adulto y de interdependencia nos encontramos la soledad como relaciones de dependencia, relaciones tóxicas, frustraciones por el proyecto incompleto y situación de marginalidad.$

Asimismo, aporta una diferenciación de las expresiones de la soledad no deseada más frecuentes para cada uno de estos ámbitos: