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Cómo medir la soledad no deseada: te presentamos las tres escalas más utilizadas
La soledad no deseada es un problema complejo del que aún existen pocos datos oficiales. Según varios estudios, como el Informe de percepción social de la soledad no deseada realizado por este Observatorio o el Informe sobre Soledad no deseada de Cruz Roja Cataluña, las personas adolescentes, las personas jóvenes y las personas mayores tienen más probabilidades de experimentarla. Las personas con discapacidad, las personas cuidadoras o las personas migrantes también son especialmente vulnerables a padecerla.
De acuerdo con el Estudio Loneliness in the EU Insights from surveys and online media dataEste enlace abre en ventana nueva publicado por la Comisión Europea en 2021, el 18,8% de personas en España sufren soledad no deseada y 30 millones de personas reconocen sentirse solas con frecuencia en la Unión Europea. Por lo que no se trata de un problema menor.
No existe una forma consolidada de medirla. Por ello, nos proponemos hacer un repaso de la importancia, herramientas y aspectos a tener en cuenta a la hora de medir esta problemática social.
En este artículo hablaremos de:
- Qué es la soledad y por qué es importante medirla
- Escalas para medir la soledad no deseada
- La medición de la soledad en personas con discapacidad sensorial
- Aplicaciones prácticas de la medición de la soledad
¿Qué es la soledad y por qué es importante medirla?
Tal y como explicamos en la página de soledad no deseada del Observatorio SoledadES, la soledad no deseada puede ser descrita como “la experiencia personal negativa en la que un individuo tiene la necesidad de comunicarse con otros y percibe carencias en sus relaciones sociales, bien sea porque tiene menos relación de la que le gustaría o porque las relaciones que tiene no le ofrecen el apoyo emocional que desea”.
Es un problema silencioso que afecta cada vez a más personas, convirtiéndose en un reto tanto para las administraciones como para la sociedad en general.
El impacto de la soledad en la salud mental y física
La soledad no deseada se ha convertido en un problema de salud pública a nivel internacional. Ésta puede tener un impacto negativo en la salud mental y física de las personas, aumentando el riesgo de enfermedades crónicas, depresión, ansiedad y otros trastornos de salud mental. Además, puede tener un impacto negativo en la calidad de vida de las personas, afectando su bienestar emocional, su autoestima, su capacidad para establecer y mantener relaciones sociales significativas, y su sentido de pertenencia y propósito.
Importancia de medir la soledad
Medir la soledad no deseada tiene relevantes implicaciones en su prevención y reducción.
Por un lado, su medición es de utilidad para poder identificar a personas que puedan necesitar apoyo social y/o emocional e identificar sus necesidades concretas. Del mismo modo, es importante para entender su prevalencia, sus causas y consecuencias. Resulta conveniente, además, para diseñar programas de intervención y prevención adecuados y ofrecer servicios que satisfagan dichas necesidades.
Por otro lado, medir la soledad permite evaluar si los servicios prestados están verdaderamente reduciendo el aislamiento social o mejorando el bienestar, pudiendo demostrar el impacto positivo de las iniciativas que se pongan en marcha.
Herramientas y escalas para medir la soledad
A continuación, se presentan tres escalas consolidadas para facilitar la medición y evaluación de la intensidad de la soledadEste enlace abre en ventana nueva. Sin embargo, se debe que tener en cuenta que se trata de un concepto complejo que lleva asociados ciertos estándares de deseabilidad social y se pueden dar sesgos en función de variables como son la edad, la clase social o el género.
Escala de Soledad de la Universidad de California
La Escala de Soledad de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) es una de las medidas empleadas para evaluar el grado de soledad que experimenta una persona. Fue desarrollada por 20 psicólogos en 1970 y se ha convertido en una de las más utilizadas.
La escala cuenta con 3 preguntas que miden tres dimensiones de la soledad: la conexión relacional, la conexión social y el aislamiento autopercibido.
Se trata de una escala ampliamente utilizada y mundialmente reconocida, que permite comparar entre zonas territoriales de diferente escala. Además, es igualmente útil si el formulario es completado telefónicamente o de forma escrita por las personas entrevistadas.
Una limitación a destacar es que sólo emplea palabras con una fuerte connotación negativa, lo que puede generar respuestas automáticas por parte de las personas encuestadas.
Escala de Soledad de De Jong Gierveld
La Escala de Soledad de De Jong Gierveld es otra de ellas, útil para medir el grado de soledad que siente una persona en su vida diaria. Fue desarrollada por investigadores holandeses en la década de 1980 y se ha utilizado ampliamente en todo el mundo.
La versión más actualizada cuenta con 6 ítems que hacen referencia a la soledad emocional, que aparece cuando se echa de menos una relación íntima y la soledad social, que tiene lugar cuando alguien echa de menos una red social más amplia.
Una ventaja es que los resultados permiten profundizar en las razones que hay detrás de situaciones de soledad. La mezcla de formulaciones positivas y negativas evita la generación de respuestas automáticas y, a pesar de haber sido diseñada para ser usada en personas mayores, ha tenido buenos resultados en personas mayores de 18 años. Sin embargo, su extensión puede ser una limitación para los proveedores de servicios.
Escala para la Evaluación de la Soledad Social y Emocional en Adultos
La Escala para la Evaluación de la Soledad Social y Emocional en Adultos (SESLA) es un instrumento de evaluación diseñado para medir la soledad emocional y relacional en personas adultas que apareció a principios de los 90. La versión actual, denominada SESLA-S, está compuesta por 15 ítems, formulados alternamente de manera positiva y negativa.
Esta escala valúa la soledad en tres dimensiones:
- La soledad social, relacionada con amistades y relaciones sociales
- La soledad familiar, referido a apoyos encontrados en el entorno familiar
- La soledad romántica, en cuanto a la ausencia de relaciones afectivas íntimas.
Esta escala proporciona una comprensión bastante completa de los diferentes tipos de soledad que experimentan los adultos. Es fácil de administrar y su fiabilidad y validez ha sido demostrada. No obstante, es relativamente nueva, por lo que no tiene el mismo nivel de uso y validación que las anteriores. Por otro lado, el alto número de ítems puede limitar su uso en estudios donde el tiempo es un factor crítico.
La medición de la soledad en personas con discapacidad sensorial
Un reto en el que merece la pena detenerse es en la medición de la soledad en personas con discapacidad sensorial. La pérdida auditiva y visual puede conducir a la incomunicación, dificultando la comunicación e interacción social y, en consecuencia, aumentando el riesgo de experimentar soledad no deseada.
Es importante saber si las personas con las que se trabaja requieren de una adaptación o ayuda adicional para poder participar plenamente en una evaluación. Algunas recomendaciones son las siguientes:
- Tratar de averiguar si alguno de los participantes tiene alguna necesidad sensorial
- Adaptar, en la medida de lo posible, la herramienta a implementar. Por ejemplo, dando a escoger entre modalidad presencial o por correo
- Hacer la información accesible, preguntando a los participantes cómo querrían que fuese proporcionada
Aplicaciones prácticas de la medición de la soledad
Al ser la soledad una problemática que nos incumbe a todos, el compromiso de los diferentes sectores y actores de la sociedad es imprescindible para combatirla. En particular, una mayor implicación de la sociedad civil organizada, en cooperación con las Administraciones Públicas, es muy conveniente.
Un ejemplo de una iniciativa con una metodología de evaluación robusta es el Proyecto Nexes, impulsado por el Área de Igualdad y Sostenibilidad Social de la Diputación de Barcelona, que promovió una intervención comunitaria y personalizada. El proyecto contó con una muy buena satisfacción global y permitió identificar un significativo descenso de la soledad no deseada al inicio y al final del programa gracias a la escala de De Jong Gierveld.
Con dicha herramienta se descubrió que, al finalizar el proyecto, el nivel de soledad muy severa había descendido de un 16% a un 0% y globalmente se había reducido en un 18% el nivel de soledad inicial.
Enlaces
- Saber más sobre la medición de la soledad
- Buenas prácticas contra la soledad de personas con discapacidad
- Informe de percepción social de la soledad no deseada
- Escala de Soledad de la Universidad de California
- Escala de Soledad de De Jong Gierveld
- Escala de Soledad Emocional y Social
- Saber más sobre la soledad no deseada en las personas con discapacidad visual
- Proyecto Nexes
- Saber más sobre la soledad no deseada