La revista Nature Human Behaviour ha publicado las conclusiones de una investigación realizada a partir de la revisión de 90 estudios publicados desde 1986 hasta 2022 en su artículo A systematic review and meta-analysis of 90 cohort studies of social isolation, loneliness and mortality (Revisión sistemática y metaanálisis de 90 estudios de cohortes sobre aislamiento social, soledad y mortalidad, en castellano). Las conclusiones sugieren que reducir el aislamiento social y la soledad podría contribuir a mejorar la salud y el bienestar de las personas.

De esta forma, la investigación cuenta con una muestra de más de dos millones de personas que han sido analizadas durante largos periodos, y, en algunos casos, continúan siendo analizadas en la actualidad.

Resultados del estudio

El principal hallazgo del trabajo es que, de media, la soledad eleva el riesgo de morir por cualquier tipo de causa en un 14%. En el caso del aislamiento social, la cifra aumenta a un 32%.

En el caso de la mortalidad por cáncer, el papel de la soledad es muy relevante. El estudio sugiere que los y las enfermas oncológicos evolucionan peor si tienen sentimiento de soledad. A su vez, el aislamiento social se vincula con un riesgo aumentado de mortalidad por enfermedades cardiovasculares.

Por otro lado, en el análisis por sexos, la disparidad de resultados en cada estudio complica identificar una tendencia concreta. Sin embargo, identificar y comprender las diferencias en la relación entre la aislamiento social o la soledad y la mortalidad por todas las causas puede ayudar a mejorar la equidad y promover el estado de salud de la población. Debido a diferencias en la ocupación, la posición social y la especificidad fisiológica, las mujeres son más susceptibles a los sentimientos de soledad que los hombres, pero tienen redes sociales más amplias que ellos, incluso más tarde en la vida. Además, existen diferencias considerables en otras exposiciones estrechamente relacionadas con la aislamiento social y la soledad, como el tabaquismo la dieta poco saludable, la inactividad física y la utilización de asistencia sanitaria por subgrupos.

A la luz de sus conclusiones, los autores piden estrategias e intervenciones para abordar el aislamiento social y la soledad.

Metodología y limitaciones

El estudio, como hemos mencionado, se ha realizado a través de una revisión sistemática de trabajos realizados durante las últimas décadas. Esta forma de trabajo cuenta con algunas limitaciones pues, mayoritariamente (90%), los estudios fueron realizados en países desarrollados.

Además, aunque todos los participantes tenían 18 años o más, y el 70% tenía 50 años o más, lo que hace que se cuente con una muestra poco heterogénea en cuestión de edad.

Por último, Wang y Zhao, autores del estudio, admiten que los resultados se ven limitados por los métodos de los 90 estudios incluidos, que utilizaron diferentes medidas de aislamiento social y soledad y que se llevaron a cabo principalmente en países de ingresos altos.